Persona (Ingman Bergman, 1966)
- Analia Silvera y Carla Leonardi
- 1 jun 2015
- 3 Min. de lectura

En este film, Bergman recurre a la relación que se establece entre dos mujeres para desplegar temáticas tales como: la dominación sobre el otro, la sumisión a la idealización, la problemática de la maternidad, la diferencia entre el ser y el parecer, y el cine como artefacto de manipulación sobre el espectador.
El guión está estructurado con un prólogo, un desarrollo y un epílogo, que en sus diversas capas establece relaciones de correspondencia en espejo.
Elisabeth Vogler, una famosa actriz de teatro, enmudece en medio de la representación de Electra y a partir de allí, hace del silencio y el aislamiento una posición elegida en su vida. Deja la actuación, a su marido y a su hijo; y se recluyeen una institución psiquiátrica.
De entrada la directora de la institución indica a la enfermera Alma, quien se hará cargo de sus cuidados, que Elisabeth está sana tanto física como psíquicamente, confirmando que se trata más de una posición voluntaria que de una patología mental.
El otro personaje es Alma, una joven enfermera recientemente recibida, que ya trazó su destino: casarse con su prometido y tener hijos.
Alma se dedica al cuidado exclusivo de Elizabeth y duda de su fortaleza y capacidad para hacer frente al tenaz silencio de ésta.
El efecto cautivante que el silencio de Elizabeth ejerce sobre Alma, se irá conformando como una trampa que la lleva a confesar sus más íntimos secretos. La confesión de un episodio orgiástico hace que se vayan resquebrajando los roles de enfermera, esposa y madre en los cuales Alma se sostenía en el mundo, quedando en evidencia el vacío de su existencia.
En este proceso, se produce un giro a partir de una carta que Elizabeth le dirige a la directora del Hospital, poniendo fin de alguna manera al reclutamiento que se había impuesto y dando comienzo a la composición de su nueva máscara.Allí nos damos cuenta de que hasta el momento el film era una apariencia. No se trata de la debilidad de Elizabeth, sino que ésta habiendo optado por el vaciamiento de las representaciones artísticas y sociales, encontrará en Alma la presa de la cual irse nutriendo, a modo de vampirización, para colmar su vacío existencial.
Bergman nos plantea el problema de dónde situar la identidad y muestra claramente la disyunción entre las representaciones del yo y el vacío del ser.
Por otro lado, en este intercambio de papeles, el director empezará a introducir una confusión de identidades. Esto se muestra en un discurso sobre la maternidad no deseada desde dos puntos de vista, el de cada protagonista, filmado en espejo. Y conducirá a una fusiónmonstruosa entre ambas, que se condensa en la composición de la imagen del rostro femenino con las mitades de la cara de cada una de ellas.
Al mismo tiempo, podemos señalar que en este discurso sobre la maternidad no deseada, queda cuestionado el rol de la maternidad como único lugar determinado socialmente para la mujer.
Por último, no podemos dejar de mencionar el excelente trabajo de Bergman en este film donde nos entrega descarnadamente su posición respecto del cine. Es decir, el cine como manipulación sobre el espectador y como manipulación de imágenes mediante un montaje.
Esto podemos observarlo en el prólogo y en el epílogo, que muestran una sucesión de imágenes discontinuas que no arman un relato consistente, y también en el corte del fotograma que se realiza a mitad de la película y advierte al espectador que se encuentra frente a un montaje de ficción, apuntando de este modo, a la desestabilización de las identificaciones que éste haya producido con los personajes de la película.
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